La Reina “Con…suerte”
Actualizado: 16 may
La vida suele dar muchas vueltas, sobre todo cuando se tiene el poder de hacerla virar.
Desde inmemorables tiempos donde la realeza tomaba decisiones a diestra y siniestra, pero siempre en favor del reino (o bueno de los que reinan), es sabido que quien controla el timón hace virar el barco.
Y desde esa perspectiva quiero hablarte hoy, como si se tratara de un gran barco capitaneado por sus majestades, uno que aunque parece avanzar hacia nuevas aguas, se aprovecha del resplandor del sol sobre los dorados bordes para mantener la ilusión.
En los años cuando la reina llevaba por nombre Isabel II y un joven príncipe desposó a la siempre bella Diana Frances Spencer, algo en aquel barco no marchaba del todo bien. Desde las escotillas se podían observar cosas, a través de las paredes de algunos camarotes se escuchaban acaloradas charlas, pero nadie decía nada.
Bien dicen por ahí, porque los dichos nunca se equivocan (diría mi abuelita), que aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión, o bueno para los de alma y espíritu libre, los demás si se acostumbran.
Así pues, llegó el día en que la bella y admirada princesa de Gales decidió saltar por la borda a pesar de saber que quien controlaba incluso eso no la dejaría hacerlo, pero al mismo tiempo y con el absurdo que incluye, su desposado príncipe salía sonriente por la noche de otro camarote y quien movía el timón, con sutileza lo resguardaba.
Hasta en las mejores familias, si es que el derecho divino otorga ese título también, porque al parecer ese poder permite incluso lo prohibido por quienes escriben las reglas. Como la de pasar de ser la otra, a ser la reina...